Doy gracias al 31 de enero del 2000.
Y doy gracias por estos 20 años que han pasado.
Y doy gracias por haberlo celebrado contigo de viaje.
Porque ahora no podríamos haber ido.
Y doy gracias por la lágrima ahora derramada,
cuando te escribo
porque me acuerdo de ti,
mi adorada Marina.
Espero que siempre seas feliz,
que todo te vaya bien
espero todo lo mejor para ti
y que yo pueda ver como sigues creciendo.
Y aunque no esté contigo,
siempre te tendré en mi recuerdo,
porque eres parte de mi vida
sin ti, la vida no hubiera pintado del mismo color.
El color azul del mar como tu nombre.
El color rojo de tu corazón.
El color blanco de tu entrega.
El color verde de la esperanza.
Mi pequeña, mi gran mujer
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