Aquellos días pasaron dieciocho meses hace ahora, y con el mismo aroma que vinieron ahora se fueron. Fueron presagio de cosas, que después ocurrirían.
No fueron días normales, en el calendario de mi vida.
Cuando la muerte acechaba después vendría la vida.
! Quien me diría que mi destino cambiaría.
El calendario es misterio marcado con líneas gruesas.
Algunas cosas de la vida que luego llegarían sin saberlo.
Y así noviembre con la muerte acechando, dejando a la vida paso.
Te conocí en aquel momento, de dos mil dieciocho.
Así lo quiso el destino, traicionero y misterioso.
El calendario con letras finas marcado, pondría junto a una cruz un corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario